AutorJet ExtramarCategoríaPescadosLas sardinas fritas con cebolla es un plato ideal para disfrutar en una terraza frente al mar. Lleva pocos ingredientes y tiene un sabor espectacular.
Las sardinas son un pescado azul muy popular en la cocina casera y la cocina elaborada porque es un producto económico, nutritivo y muy versátil.
Platos como unas buenas sardinas fritas con un chorro de limón, sardinas apanadas en bocadillos o simplemente asadas en sus propios jugos son algunas de las preparaciones más populares para cualquier amante del buen comer.
Un tesoro para la salud y el paladar
Con la sardina son todas bondades. Este pequeño pescado es muy querido por su gran aporte nutricional pues es una buena fuente de omega-3, esencial para el funcionamiento de nuestro corazón, ayudan a reducir el nivel de colesterol y contribuyen a la baja presión sanguínea.
Además de ser beneficiosa para la salud, la sardina es muy versátil, su carne firme y blanquecina es ideal para crear platos con elaboraciones fáciles: apanadas, fritas, asadas, en salsa para pastas o procesadas como relleno para empanadas. Deliciosas en cualquiera de sus formatos, con distintos aromas y sabores.
Sardinas fritas de toda la vida
No existe persona que no se haya resistido a un buen plato de sardinas fritas, exprimir el jugo del limón con mucho mimo sobre ellas y comerlas con las manos de una en una es un placer que todo amante del buen comer debe disfrutar una vez en la vida, por eso hoy, prepararemos sardinas fritas, servidas en una cama de cebolla con trozos de limón, una receta para disfrutar como un verdadero poseidón.
Picamos una cebolla blanca en juliana. Le echamos un poco de sal para que sude un poco y no tenga sabor fuerte y reservamos.
Descongelamos las sardinas la noche anterior en un recipiente con rejilla en la nevera para que los jugos del proceso de descongelación queden aparte y no depreden el sabor del pescado.
Escurrimos el exceso de agua y sazonamos las sardinas con pimienta y sal. Reservamos.
En un plato semitono vertemos la harina para freír y enharinamos las sardinas por los dos lados.
Ponemos una sartén con abundante aceite a fuego alto. Cuando el aceite esté bien caliente incorporamos las sardinas de cuatro en cuatro para que estén lo suficientemente separadas una de otra y no se peguen. Las freímos por 2 minutos por lado.
Para servir, esparcimos la cebolla blanca en un plato. Ponemos las sardinas encima, una al lado de la otra y agregamos unos trozos de limón para que los comensales le echen el jugo al gusto. Servimos al momento.
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Ingredients
Directions
Picamos una cebolla blanca en juliana. Le echamos un poco de sal para que sude un poco y no tenga sabor fuerte y reservamos.
Descongelamos las sardinas la noche anterior en un recipiente con rejilla en la nevera para que los jugos del proceso de descongelación queden aparte y no depreden el sabor del pescado.
Escurrimos el exceso de agua y sazonamos las sardinas con pimienta y sal. Reservamos.
En un plato semitono vertemos la harina para freír y enharinamos las sardinas por los dos lados.
Ponemos una sartén con abundante aceite a fuego alto. Cuando el aceite esté bien caliente incorporamos las sardinas de cuatro en cuatro para que estén lo suficientemente separadas una de otra y no se peguen. Las freímos por 2 minutos por lado.
Para servir, esparcimos la cebolla blanca en un plato. Ponemos las sardinas encima, una al lado de la otra y agregamos unos trozos de limón para que los comensales le echen el jugo al gusto. Servimos al momento.
