El plato de embutidos ibéricos es una opción versátil, sabrosa y de alta calidad, ideal tanto para tapeo como para tablas más elaboradas. Aunque ya brilla por sí solo, puedes acompañarlo con algunos elementos que realcen su sabor y lo conviertan en una experiencia gastronómica más completa.
Panes artesanos
Ofrece una variedad de panes para acompañar: pan rústico, colines, regañás o tostadas finas. Su textura crujiente contrasta a la perfección con la untuosidad de los embutidos.
Quesos curados o semicurados
Una selección de quesos —como manchego, torta del Casar o queso de cabra— combina muy bien con los sabores intensos del ibérico y permite crear una tabla más completa.
Frutos secos y frutas
Las almendras fritas, las nueces o los higos secos aportan textura y un toque dulce o salado que equilibra el conjunto. También puedes añadir uvas, manzana verde en láminas o membrillo.
Aceite de oliva y picos
Un pequeño cuenco con AOVE suave y algunos picos o rosquilletas puede aportar un extra de sabor y elegancia, sin saturar el plato.
