El tartar de salmón y aguacate es un plato entrante muy popular por tener una combinación perfecta de sabores y texturas que sorprenden a cualquier amante de la comida fresca y saludable.
Descongelamos el salmón el día anterior sobre una rejilla y un recipiente para que los jugos de la descongelación no depreden el sabor del salmón.
Una vez descongelado, quitamos el exceso de agua al salmón y le retiramos la piel. Lo cortamos en dados pequeños y los ponemos en un cuenco hondo.
Preparamos las verduras. Picamos la cebolleta en brunoise, repetimos el corte con el cebollino y las alcaparras. Cortamos el aguacate en daditos y reservamos.
Agregamos las verduras picadas al cuenco del salmón en dados, echamos unas gotitas de limón para que el aguacate no se oxide y mezclamos un poco todos los ingredientes.
Metemos el cuenco con la mezcla a la nevera mientras preparamos el aliño del tartar.
Para el aliño, mezclamos en un bote de cristal: la mostaza, la salsa perrins, 2 cucharadas de zumo de limón, el tabasco, pimienta negra y sal.
Agitamos el bote con el aliño del tartar de arriba a abajo para que se mezclen bien los ingredientes. Probamos el aliño y corregimos pimienta y sal de ser necesario.
Vertemos el aliño en el cuenco de ingredientes frescos y lo mezclamos un poco cuidando de no destrozar el aguacate.
Emplatamos. Engrasamos con un poco de aceite una molde circular para emplatar, lo ponemos sobre un plato blanco para resaltar los colores del tartar y servimos la mezcla fresca con cuidado, sin aplastarlo mucho para que los ingredientes tengan una bonita presentación.
Esparcimos cebollino fresco picado encima y servimos al momento con unas rajitas de limón al lado.