Las rodajas de queso camembert al horno crujiente con mermelada son un entrante clásico que se mete al bolsillo a los amantes del queso y el buen comer.
Precalentamos el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.
Lavamos los arándanos con abundante agua fría. Los escurrimos.
Ponemos un cazo a fuego medio y agregamos los arándanos rojos, exprimimos la naranja encima con mucho cuidado de dejarnos las pepas en el cazo.
Comenzamos a aplastar los arándanos para que vayan soltando sus jugos y se mezclen bien con el zumo de la naranja. Hay que tener cuidado de no aplastarlos tomos porque queremos que queden algunos enteros para decorar el plato y darle una presentación más rústica al servirlo.
Agregamos el azúcar y bajamos el fuego para que se vaya caramelizando por unos 20 minutos
En cuanto veamos que la mermelada comienza a burbujear, empezamos a remover la mezcla para que no se pegue ni se queme.
Cuando las burbujas hayan desaparecido notarás que la mezcla de arándanos rojos, azúcar y zumo de naranja va espesando hasta formar una mermelada con cuerpo y con mucho color.
Reservamos la mermelada y la dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Mientras tanto, preparamos las rodajas de queso camembert empanadas para hornear.
Ponemos las rodajas de queso empanado sobre un papel para horno, las rociamos con hilos de aceite de oliva por los dos lados y las metemos al horno precalentado por entre 5 a 7 minutos, notaremos que adoptarán una textura crujiente y tono dorado por sus dos caras.
Servimos las rodajas de queso al momento para que al cortarlo el interior se mantenga tierno. Agregamos 2 cucharaditas de la mermelada de arándanos rojos al lado, decoramos con hojitas de menta y ya tenemos nuestro aperitivo o entrante listo para servir y disfrutar.